PRONUNCIAMIENTO DE LA RED DE MUJERES DE LA ASOCIACIÓN MUNDIAL DE RADIOS COMUNITARIAS, AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE – AMARC ALC

25 de noviembre de 2025 – Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres

En América Latina y el Caribe, las mujeres seguimos enfrentando diversas violencias que atraviesan nuestros cuerpos, territorios y voces. La violencia machista se expresa en feminicidios, agresiones sexuales, brechas económicas, criminalización, censura y silenciamiento. Pero también se sostiene en la desigual distribución del poder, la concentración mediática y la exclusión de las mujeres en los espacios de decisión.

Desde la Red de Mujeres de la Asociación Mundial de Radios Comunitarias – AMARC ALC, alzamos nuestra voz este 25 de noviembre para reafirmar que la comunicación es un derecho y una herramienta de transformación feminista.

Las radialistas comunitarias estamos en el corazón de los territorios, acompañando luchas, narrando resistencias y tejiendo redes que desafían la impunidad y el silencio. En cada programa, en cada transmisión y en cada micrófono encendido, construimos lenguajes que sanan, educan y transforman.

En 2025, bajo el lema “ÚNETE para poner fin a la violencia digital contra las mujeres y las niñas”, sumamos nuestras voces a la campaña mundial que llama a movilizar a toda la sociedad. Los gobiernos deben acabar con la impunidad a través de leyes que penalicen la violencia digital; las empresas tecnológicas deben garantizar la seguridad de las plataformas y eliminar el contenido dañino; invitamos a los donantes a financiar a las organizaciones feministas que combaten esta forma de violencia; y a la sociedad desde donde debemos alzar la voz para apoyar a las mujeres y construir entornos digitales seguros.

La violencia digital se ha convertido en una extensión de la violencia estructural que vivimos fuera de línea. Las herramientas tecnológicas son usadas para acechar, acosar y abusar de mujeres y niñas mediante ciberacoso, troleo, amenazas, difusión no consentida de imágenes íntimas, falsificación de contenidos con inteligencia artificial, discursos de odio, doxeo —acto de revelar intencional y públicamente información personal sobre un individuo u organización—, suplantación de identidad y explotación sexual en línea. Estas violencias, aunque se desarrollan en entornos digitales, tienen consecuencias reales: provocan daños psicológicos, aislamiento, censura, pérdida de empleo y, en muchos casos, escalan hasta agresiones físicas y feminicidios.

La violencia digital afecta especialmente a mujeres periodistas, comunicadoras, activistas, políticas y defensoras de derechos humanos, mujeres jóvenes y aquellas que enfrentan discriminaciones cruzadas por su raza, orientación sexual, identidad de género o discapacidad. Frente a este panorama, las radios comunitarias y las mujeres radialistas desempeñamos un papel crucial en educar, prevenir y denunciar: somos espacios de alfabetización mediática, pensamiento crítico y acompañamiento frente al odio y la desinformación.


Nosotras, las mujeres de AMARC ALC

  • Exigimos a los Estados políticas integrales para prevenir, sancionar y erradicar todas las formas de violencia contra las mujeres, incluidas las violencias digitales y mediáticas.

  • Reafirmamos la necesidad de garantizar la seguridad integral de las comunicadoras comunitarias, especialmente en entornos de riesgo y persecución.

  • Promovemos políticas internas de igualdad en los medios comunitarios: liderazgo de mujeres, corresponsabilidad de cuidados y protocolos de prevención de violencias.

  • Defendemos el derecho a comunicar, a la libertad de expresión y a la democratización de la palabra como condiciones para la justicia social y de género.


Este 25 de noviembre, invitamos a todas las radios comunitarias a romper el silencio, a programar voces de mujeres, a producir con perspectiva feminista y a hacer del aire —y también del entorno digital— un territorio libre de violencias.

Porque sin mujeres vivas, libres y seguras, no hay comunicación democrática ni justicia social posible.

¡Vivas, libres y con voz nos queremos!

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